En el artículo de hoy, exploraremos diversos aspectos del cuidado capilar, desmitificando creencias arraigadas, compartiendo consejos expertos y conectando con las necesidades básicas de todo tipo de cabello, porque en ocasiones, nuestro propio cabello, ya sea liso, rizado, ondulado, etc. es un completo desconocido para la mayoría, y su salud se resiente porque no sabemos qué necesita.
En términos simples, la textura del cabello está determinada principalmente por factores genéticos, la configuración y orientación del folículo piloso, y la presencia de queratina. La herencia genética juega un papel crucial, ya que la forma del cabello se transmite junto con otros rasgos hereditarios. Cada tipo de cabello posee una estructura química única, una forma distintiva y una dirección de crecimiento que influyen en su apariencia final.
El color del cabello, una característica única en cada individuo está determinado por la presencia de melanina, la misma sustancia responsable de la coloración de la piel. La melanina se divide en dos tipos: la feomelanina, que contribuye a los tonos rojizos, y la eumelanina, responsable de los tonos morenos y rubios. La diversidad de colores en el cabello surge a partir de la variabilidad en la cantidad, distribución y tamaño de los gránulos de melanina. Es fascinante observar cómo estas variables generan una amplia gama de tonalidades.
Esta explicación revela la complejidad y la belleza intrínseca en la determinación del color del cabello, donde factores genéticos y características únicas interactúan para crear la variada paleta de colores que observamos en las personas.
En este apartado vamos a desmitificar 3 mitos legendarios que cuya realidad te va a hacer muy feliz.
El desarrollo del cabello ocurre en la raíz, donde la multiplicación celular determina la longitud del cabello. El cabello crecerá a la misma velocidad, ya sea que se haya recortado recientemente o no. La percepción errónea de que el cabello parece más grueso después de cortarlo se debe al adelgazamiento natural en las puntas, y no a un cambio real en el grosor del cabello.
El lavado del cabello es necesario cuando se encuentra sucio, especialmente para quienes experimentan sudoración en la cabeza, en cuyo caso se recomienda lavarlo, según indican los dermatólogos. Cada pelo en nuestra cabeza sigue un ciclo vital propio, que incluye una fase de crecimiento genéticamente determinada (anagen), seguida de una fase de reposo y, finalmente, la caída. Cada cabello se encuentra en un momento específico de su ciclo vital, la pérdida diaria de cabello no tiene que ver con la frecuencia del lavado.
La glándula sebácea no reacciona ante la limpieza del cuero cabelludo, ya que carece de receptores externos. En cambio, responde a señales internas, como el estrés o la acción de las hormonas. Para no activar las glándulas sebáceas también se recomienda no frotar en exceso sino con un suave masajeo que además ayude a la oxigenación de la sangre.
Como homenaje a esta fecha tan especial, te mostramos una recopilación de nuestros productos capilares favoritos que no pueden faltar en tu rutina de cuidado.
La queratina líquida repara el cabello en profundidad, revitaliza y sella las puntas de una forma práctica y sencilla.
Elige el acondicionador sin aclarado que mejor se adapte a ti y úsalo siempre que el tiempo te impida usar mascarilla o acondicionador, en unos segundos evitarás la rotura del cabello al cepillarlo mojado o incluso seco.
Si usas secadores o planchas, protege tu fibra capilar con nuestro protector térmico. Tras su aplicación notarás el cabello suave y brillante con un mayor control del encrespamiento.