El verano y la playa son una combinación maravillosa para el alma, pero no siempre para el cabello. En julio, cuando el sol aprieta y las escapadas al mar o la piscina se vuelven frecuentes, nuestra melena se enfrenta a uno de sus mayores desafíos del año.
La exposición prolongada a los rayos UV debilita la estructura capilar, la sal del mar deshidrata y el cloro de la piscina puede provocar resequedad, pérdida de color e incluso daños en el cuero cabelludo. La buena noticia es que con una rutina adecuada, podemos prevenir todo esto.
1. Protección antes del baño: Moja tu cabello con agua dulce antes de meterte en el mar o en la piscina. Así se satura de agua limpia y absorbe menos sal o cloro.
2. Hidratación durante el día: Lleva contigo un acondicionador bifásico sin aclarado en el bolso o mochila de playa. Podrás reaplicarlo tras cada baño para mantener la hidratación y facilitar el peinado.
3. Limpieza profunda al final del día: Lava bien el cabello tras cada baño con un champú que limpie en profundidad sin agredir la fibra capilar. Y no olvides usar una mascarilla nutritiva.
• Champú Argán, Macadamia & Trigo: perfecto para reparar el cabello tras la exposición al sol, gracias a su fórmula nutritiva y suavizante.
• Acondicionador Bifásico Hidratación: ideal para llevar en el bolso y aplicar tras el mar o la piscina. Desenreda, hidrata y protege sin apelmazar.
• Mascarilla Argán, Macadamia & Trigo: tratamiento intensivo para reparar y devolver la hidratación perdida tras el baño en el mar o piscina.
No se trata de renunciar a los placeres del verano, sino de acompañarlos con una rutina sencilla que mantenga tu cabello tan saludable como el primer día. Protege, hidrata y repara: ese es el mantra de julio.